Una de las características que en mi anterior entrada destaqué de los mayas era la importancia que le daban al juego de pelota, para ellos era como un ritual. Tenían un edificio específico para el juego, el que podemos ver en la imagen. El juego pretendía representar los orígenes del universo y otros fenómenos astrológicos. Al ser un juego tan importante se construyeron canchas para ello por todo el imperio, podíamos encontrar una en cada ciudad maya, excepto en las más pequeñas. Tenían forma de i mayuscula y estaban rodeadas por los dos lador por rampas escalonadas que conducían a plataformas ceremoniales o pequeños tempos.
El juego tuvo diversas variantes segun la época, pero por lo general se utilizaba una pelota hecha de caucho que se golpeaba con la cintura, las rodillas, los hombros y los codos.
El objetivo del juego era hacer pasar la pelota por un aro que se encontraba en las paredes de la cancha.
El número de jugadores varía y en ocasiones los jugadores usaban “raquetas” o bastones. Se protegían el pecho y la cabeza, evitando los fuertes golpes de la pelota. El juego podía durar día y noche y no hay fuentes históricas donde se hable del sacrificio humano o donde el derrotado era decapitado.
Algunos historiadores estiman que sí se producían sacrificios, pero que el sacrificado era un reo obligado a jugar por los victorioso, así este con heridas y lesiones perdia y era sacrificado siendo parte de un rito de fertilidad. En otras zonas el juego no acababa con muertes pero el que ganaba perseguía a los asistentes porque se decía que tenía derecho a despojarles de lo que más le gustara.
0 comentarios:
Publicar un comentario